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El Ayuntamiento de Balmaseda presentó en Pleno, para su aprobación, esta Declaración Institucional con motivo del Día Internacional de la Mujer:
«La historia de esta conmemoración empieza en 1908, con la lucha de las obreras del textil, un sector, entonces y ahora, feminizado y precarizado, al igual que sucede con los cuidados. A partir de entonces hay en Nueva York huelgas pidiendo mejores condiciones laborales. El hecho más trágico fue la muerte de más de 100 trabajadoras en el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist, en marzo de 1911. En 1910, mujeres de distintos países, reunidas en Copenhague deciden celebrar el DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA. En 1975, en la Primera Conferencia Mundial de las Mujeres, se consigue que las Naciones Unidas establezcan el 8 de marzo como DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES.
A pesar de los avances, primero la crisis económica y después la pandemia han demostrado que estos no contaban con las suficientes garantías de sostenibilidad y permanencia. Hace un año la COVID 19 sacudía nuestra sociedad. Vivimos una crisis multidimensional, sistémica, interrelacionada con otras crisis que ya venían de antes, como la ecológica y la de cuidados. La pandemia pone en evidencia algo que desde los colectivos de mujeres y el movimiento feminista ya se venía señalando: que la vida humana es vulnerable y profundamente dependiente del entorno medioambiental y comunitario. Nada es más importante que el cuidado de una vida que se ha precarizado y debilitado al extremo.
Hoy corresponde hacer un reconocimiento a la aportación de las mujeres a la lucha contra la pandemia y sus consecuencias en todo el mundo. Tanto en los servicios públicos como en el ámbito doméstico, han sido las mujeres las que se han encargado mayoritariamente de los trabajos de cuidado esenciales en esta crisis sanitaria y social. Incluso entre las mujeres, el reparto se ha dado de forma desequilibrada, por clase social, por racialización y estatus migratorio. Este desigual reparto ha desvelado la debilidad del sistema de cuidados, con la precariedad de las condiciones de trabajo que desempeñan las mujeres en los servicios esenciales. Las desigualdades se han profundizado y las mujeres, sobro todo las de colectivos más vulnerables, se han empobrecido en todos los sentidos, ha aumentado su carga de tareas de cuidados, su salud ha empeorado y están más expuestas a la violencia. Es imprescindible y urgente incorporar la perspectiva de género en el análisis de la situación para evitar que esta crisis aumente aún más las desigualdades y provoque un mayor retroceso en el ejercicio de los derechos de las mujeres.
Es tiempo de poner en su justo valor todos los trabajos de cuidado y avanzar hacia un modelo más corresponsable que genere más equidad y bienestar entre todas las personas. Las instituciones tenemos que seguir coordinadas y abrir vías para una efectiva y real participación de la ciudadanía en las decisiones públicas, en particular de los colectivos diversos de mujeres y del movimiento feminista. Los Ayuntamientos, como instituciones más próximas a la ciudadanía, debemos liderar el impulso de las políticas públicas sobre los cuidados y su provisión, atendiendo a las diferentes condiciones e impacto en hombres y mujeres.
Por todo ello, el Ayuntamiento de Balmaseda, en el marco de sus competencias, se compromete a:
● Impulsar el debate sobre el modelo de organización social de los cuidados desde un enfoque feminista basado en la centralidad de la vida y la corresponsabilidad social y comunitaria en el cuidado.
● Analizar con enfoque de género los efectos de la COVID-19 y la situación y necesidades de los colectivos y personas más vulnerables, y poner en marcha medidas urgentes para hacerles frente y garantizar la incorporación de este enfoque en todas las actuaciones que se lleven a cabo en este sentido.
● Estudiar y articular soluciones viables para los servicios locales de apoyo al cuidado, procurando y/o facilitando el cuidado en condiciones justas, tanto para quien lo da y para quien lo recibe. Incluir acciones para dignificar las condiciones en las que se dan los cuidados, tanto remunerados como no remunerados. Revisar el modelo y el funcionamiento de atención a colectivos vulnerables para ampliar tanto el tipo de colectivos y personas como el funcionamiento y contenido de los servicios prestados, poniendo en marcha los recursos necesarios que respondan a sus necesidades.
● Incidir en los Planes de Igualdad municipales, de manera expresa, en el empoderamiento de las mujeres, la puesta en valor de los cuidados y la corresponsabilidad de los hombres en los mismos.
● Apoyar y dotar de recursos a las redes comunitarias de cuidados a nivel local y abrir, espacios de debate ciudadano sobre los cuidados, realizando campañas comunicativas que reconozcan el valor social y político de las tareas de cuidado, prestando especial atención a la corresponsabilidad y visibilizando realidades como las de las trabajadoras del hogar.
● Reforzar y preservar el personal y recursos técnicos y económicos para el desarrollo de las políticas locales de igualdad y la transversalización de género en todas las políticas locales.
● Impulsar acciones para el empoderamiento individual y colectivo de las mujeres, fortaleciendo el tejido asociativo y la participación de las asociaciones de mujeres y colectivos feministas en la toma de decisiones, tanto en el diseño como en seguimiento y evaluación de las mismas.»
