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¿Cuáles son los mayores obstáculos para erradicar esta situación?
La reproducción de conductas que minusvaloran a las mujeres, desde niñas o jóvenes, con persistencia en nuevas generaciones que no dejan de sorprendernos. Cada vez menos en el desconocimiento, porque hay una permanente información, pero todavía no ha calado del todo en la sociedad, en general, salvo ante los casos más graves. La dificultad está en entender la igualdad en todas nuestras vidas y circunstancias.
¿Los prejuicios y el miedo a ser objeto de comentarios sociales hacen que se encubran muchos de estos casos de violencia de género?
En nuestro ámbito de pequeñas localidades o poblaciones menores se da más el temor “al qué dirán”, pero sobre todo intimida a las víctimas cuando la incomprensión, incluso el cuestionamiento, se da en su familia y amistades más cercanas. El apoyo a las víctimas es fundamental, sobre todo por personas más próximas a ellas.
¿Qué consejos ofrecerías a las víctimas que no quieren denunciar y siguen sufriendo episodios de violencia doméstica o de género?
Os agradecemos la posibilidad de transmitir a las víctimas la sugerencia para que recapaciten, no para reprocharlas nada, sino para animarlas a que piensen en su dignidad y en la de sus hijas e hijos, en su caso. La violencia de género pudre las relaciones y nada bueno puede surgir de una vida sometida a semejante vulneración de derechos humanos. No hay amor ni futuro digno en cualquiera de las formas de la violencia de género.
Datos a tener en cuenta:
-La minusvaloración de la mujer empieza muy pronto, en el ámbito familiar y en el colegio.
-La Ertzaintza considera fundamental la prevención. Por esta razón, agentes voluntarios y voluntarias realizan charlas y talleres en colegios.
-Las frustraciones de las mujeres que son víctimas de la violencia de género facilitan las disculpas al agresor. Por ello los cursos de relaciones sociales y similares son muy beneficiosos.
-La propia víctima puede denunciar un caso de violencia de género, pero también una persona diferente (como un vecino o vecina, por ejemplo). La persona denunciante puede hacerlo de forma anónima, si así lo desea.
-El sexting es una práctica muy habitual que se ha dado también entre menores. Consiste en convencer a la víctima, con quien el agresor se comunica por medio de redes sociales, de que realice fotos sensuales y después se la chantajea con su posible publicación.
-Los casos de violencia de género cuentan con servicio de asistencia gratuita (lo que no existe para otro tipo de casos) y se procura rapidez en la toma de decisiones en los juzgados.
-El caso de Ana Orantes en 1997 cambió la visión de la violencia de género en España. Su ex marido la asesinó tras 13 días después de que ella misma contara toda una vida de maltratos en televisión.
-Un caso paradigmático de mujeres víctimas de VG que se han unido para apoyar a las mujeres que tengan este mismo problema. No se consideran víctimas, sino supervivientes y son la mejor prueba de que se puede salir del maltrato. En Euskadi “Clara Campoamor” https://asociacionclaracampoamor.wordpress.com/quienes-2/ defiende los derechos de la mujer y es lo más similar a este tipo de asociaciones. En Enkarterri no contamos con ninguna agrupación de supervivientes de la VG.
-En los primeros momentos de la denuncia, este tipo de asociaciones es de gran ayuda para los y las agentes, puesto que es mucho más sencillo sincerarse con alguien que ha vivido una situación similar y tan dura de contar.
Teléfonos de interés:
Ertzaintza: 946802701
Policía Municipal: 657795800
Servicio Social municipal: 94610102491
Atención para mujeres víctimas de maltrato doméstico: 900840111
Emergencias: 112
Información y asesoramiento jurídico en violencia de género: 016
Violencia de género: lo más importante sigue siendo denunciar (I parte)